Cada día aparecen nuevos objetos que han sido creados bajo impresión 3D. Ya no solo imprimen objetos 3D las universidades y las empresas, hoy en día cualquier persona con una impresora 3D en casa puede elaborar múltiples objetos en tres dimensiones, alcanzando a realizar piezas de alta precisión.

Uno de los campos en los que la impresión 3D viene desarrollándose en los últimos años es la construcción de viviendas, dando lugar a resultados sorprendentes y muy útiles. Algunos de estos resultados los vamos a ver en este artículo.

Existen muchas iniciativas en diferentes países: Francia, México, Marruecos o Rusia, en los que se están construyendo viviendas con tecnología 3D en tiempo récord.

Sin embargo, como todo en la vida, la construcción de viviendas con impresoras 3D tiene ventajas y desventajas. 

Alguna de las desventajas son: que la mayoría son de una sola planta, necesitan de elementos externos para su construcción (puertas, ventanas, grifos, etc.), es más barato construir viviendas en serie de manera tradicional, diferentes tipos de hormigón según el fabricante, hacen falta albañiles, electricistas y fontaneros para terminarlas o la adaptación a la normativa de edificación de cada país.

En cuanto a las ventajas encontramos las siguientes: construcción in situ de las casas, puede ser más económica, la construcción es más rápida, tiene menos fallos y se aprovecha al máximo el espacio en el diseño.

 

En España, la empresa pionera en la construcción de viviendas con tecnología 3D fue Be More 3D, una Start Up surgida de la Universidad Politécnica de Valencia. Con una impresora de hormigón construyeron una vivienda de 24 metros cuadrados en tan solo 15 horas.  En este vídeo podemos ver la fabricación de esta vivienda:

El precio de una vivienda construida con esta tecnología puede ser hasta un 35% más económica que una de construcción tradicional.

Otras iniciativas en otros países que utilizan la tecnología 3D son, una casa unifamiliar de 160 metros cuadrados en Alemania o una casa con varias alturas construida en 15 días en Bélgica.

Recientemente se ha entregado la vivienda fabricada con una impresora 3D a una pareja holandesa, en Eindhoven, que va a poder disfrutar de los 95 metros cuadrados que tiene en una sola planta y que ha tardado en construirse 120 horas.

No obstante hay quien sigue sin ver este tipo de construcciones como alternativa real a la fabricación tradicional de viviendas, alegando que la tecnología 3D no está concebida para fabricación en serie sino para proyectos más complejos y en pequeñas cantidades.

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